Medio Ambiente
28 de marzo de 2025 | 16:30Un Amazonas submarino en Chile: Estudio confirma la capacidad de las algas para capturar carbono

Investigación liderada por Alexandra Cousteau y con destacada participación de la doctora Marcela Ávila confirma que las granjas de algas pueden capturar carbono a tasas similares a los manglares y pastos marinos, consolidando su rol en la mitigación del cambio climático.
Un reciente estudio liderado por Alexandra Cousteau, con la destacada participación de la Dra. Marcela Ávila, directora del Centro Acuícola Pesquero de Investigación Aplicada (CAPIA) de la Universidad Santo Tomás Puerto Montt, ha revelado la importancia de la vegetación submarina en la reducción de gases de efecto invernadero.
Publicado en la prestigiosa revista Nature Climate Change, el estudio fue realizado por Oceans 2050 bajo la dirección de Cousteau y el científico jefe Carlos Duarte. Se trata de la primera evaluación global empírica sobre la capacidad de almacenamiento de carbono en los sedimentos bajo cultivos de algas, con investigaciones en 20 granjas de algas en cinco continentes, incluyendo Chile.
Los hallazgos revelan que las granjas de algas capturan carbono a tasas comparables a ecosistemas clave como manglares y praderas marinas. En Chile, la investigación de la Dra. Ávila, junto a los investigadores Juan Gutiérrez y Ricardo Riquelme, sugiere que los cultivos de algas podrían convertirse en un pilar fundamental de la Economía Azul Regenerativa si se implementan estrategias sostenibles y de largo plazo.
"Hicimos un muestreo en distintos centros de cultivo y demostramos que las granjas de algas efectivamente secuestran carbono", explicó Ávila.
Según los expertos, una expansión global de estas prácticas podría eliminar hasta 140 millones de toneladas de CO₂ de la atmósfera cada año para 2050. "Esta investigación aporta evidencia contundente sobre el rol del cultivo de algas en la lucha contra la crisis climática", afirmó Cousteau, mientras que Duarte destacó que esta solución natural también impulsa la biodiversidad, la seguridad alimentaria y el desarrollo económico de comunidades costeras.
Un Amazonas submarino en Chile
Los hallazgos del estudio cobran especial relevancia en Chile, donde extensos bosques de macroalgas se extienden desde Melinka hasta la isla Diego Ramírez en la ecorregión subantártica. Investigadores como el Dr. Andrés Mansilla, de la Universidad de Magallanes (UMAG) y el Centro Internacional Cabo de Hornos (CHIC), destacan que estos bosques submarinos, que pueden alcanzar hasta 60 metros de altura, tienen un gran potencial para el secuestro de carbono a largo plazo.
Actualmente, un equipo de investigadores de la UMAG, CHIC y el Laboratorio de Ecosistemas Marinos Antárticos y Subantárticos (LEMAS), liderado por la Dra. Johanna Marambio, está estudiando los mecanismos fisiológicos del carbono capturado por los bosques de kelp y su flora asociada.
Asimismo, investigadores en matemáticas e informática de la UMAG, como el Dr. José Mansilla y el Dr. Nicolás Zumelzu, están desarrollando modelos matemáticos para cuantificar con precisión cuánto carbono secuestran estas macroalgas. Paralelamente, el doctor Jorge Amaya, del Centro de Modelamiento Matemático de la Universidad de Chile (CMM), emplea imágenes satelitales para complementar estos estudios.
Este trabajo busca establecer una metodología verificable que permita la certificación de bonos de carbono basados en algas, un mecanismo inexistente hasta la fecha pero con potencial para transformar la conservación marina en una solución climática viable y económicamente atractiva.
"Chile tiene compromisos internacionales para reducir los gases de efecto invernadero, y estos bosques submarinos representan una oportunidad única", afirmó Mansilla. La creación del Parque Marino Islas Diego Ramírez-Paso Drake ha posicionado a Chile como líder en conservación oceánica, pero los investigadores enfatizan la necesidad de convertir estos hallazgos en políticas públicas concretas que permitan aprovechar el potencial del llamado "Amazonas submarino" del país.