Salud
Por Marcelo Vera , 6 de abril de 2024 | 10:00Cambio de hora: ¿Por qué puede tener consecuencias y cómo prepararse para evitarlas?
Atención: esta noticia fue publicada hace más de 8 mesesNo hay recetas mágicas, pero sí podemos anticiparnos para recibir, sin tantas consecuencias físicas, el nuevo horario que se establecerá a partir del próximo 6 de abril. Los especialistas recomiendan hacer el cambio de manera gradual y mantener una buena higiene del sueño.
El próximo cambio de hora en nuestro país se llevará a cabo el sábado 6 de abril de 2024, jornada en que a las 23:59 horas tendremos que atrasar nuestros relojes en una hora.
Daremos así inicio al horario de invierno, el cual es definido por muchos especialistas como aquel que mejor se acomoda al cuerpo humano y sus ciclos de sueño.
La Dra. Catalina Torres, neuróloga del Centro del Sueño de Clínica Santa María, explica: “Vamos a poder comenzar el día con mayor luminosidad, lo que disminuye la somnolencia y nos facilita el poder estar más alerta, es decir, corresponde a un horario que está más ajustado a lo que son nuestros ciclos hormonales y fisiológicos, denominados ritmos circadianos”.
Aun así, pasar del horario de verano al de invierno no es tarea fácil. Es un proceso de adaptación física y neurológica. Para no tener consecuencias negativas en nuestro organismo, hay que organizarse y evitar enfrentarlo improvisadamente.
El Dr. Sergio Juica, neurólogo de Clínica Biobío, asegura: “Para alguna población sana, probablemente adulta, una hora de cambio se va a adoptar rápidamente, en dos o tres días. Sin embargo, para poblaciones más extremas, es decir, los adultos mayores o los niños, incluyendo pacientes con enfermedades neurológicas, se van a ver mucho más afectados y el proceso de adaptación va a ser más lento”.
Por lo mismo, el Dr. Enzo Rivera, neurólogo del Centro del Sueño de Clínica Ciudad del Mar, recomienda prepararse con antelación: “Lo ideal es comenzar con tres semanas de anticipación, donde los menores se deben dormir y levantar media hora antes de lo habitual. Si todo va bien, la segunda semana se adelanta otros 30 minutos más y la tercera lo mismo. Si se necesita realizar una adaptación más rápida, se puede hacer cada cuatro días, pero es muy importante que este cambio sea gradual”.
Además, la Dra. Katherin Falck, directora de Calidad y Gestión de Riesgo de Help, enfatiza en la importancia de mantener, a largo plazo, una buena higiene de sueño: “Significa tener un horario fijo para dormir y para despertarse, tratar de dormirse antes de las 11 de la noche, no hacer ejercicios intensos antes de acostarse y disminuir todo lo que genere luz dentro de la habitación”.
La Dra. Evelyn Benavides, neuróloga y especialista en Medicina del Sueño de Clínica Dávila, complementa: “Se debe evitar consumir alimentos o productos estimulantes antes de dormir y tomar siestas, la idea es poder realizar actividades que favorezcan el buen descanso como escuchar música suave, leer o hacer terapias de relajación, dejando con antelación pantallas luminosas como televisión, computador o celulares previo al descanso nocturno”.
En el caso de niños y adolescentes, para evitar la alteración en el ciclo del sueño, la Dra. Paola León, neuróloga infantil Clínica Dávila Vespucio, aconseja: “Tener rutinas bien claras en donde los niños se duerman no más allá de entre las 8 y las 9 de la noche, regular el uso de pantallas para que no sean hasta tan tarde y tener una habitación con temperaturas adecuadas”.